Si tienes pensado visitar Sevilla este verano, es importante que sepas que en ese viaje podrás llevar a cabo multitud de actividades para disfrutar y conocer a fondo la ciudad. Por eso, lo primero que debes llevar a cabo es la reserva de una habitación en un hotel del centro de Sevilla, para que así puedas moverte más cómodamente por todos los rincones hispalenses más significativos.
Acto seguido, es interesante que elabores una lista donde incluyas todo lo que se puede hacer en esas fechas en la capital andaluza:
Una de las mayores atracciones que ofrece Sevilla en verano es el parque de Isla Mágica. Situado al comienzo de la isla de la Cartuja, se encuentra a poca distancia del casco histórico de la ciudad, cerca de la muralla de la Macarena o la Alameda de Hércules. Si vas a pasar una temporada en la ciudad este verano alojándote en uno de los hoteles de Sevilla, la visita al parque temático es obligada.
Con la familia o los amigos
Ya sea una excursión familiar o un viaje con los amigos, el parque de Isla Mágica ofrece una gran cantidad de atracciones para todos los públicos. Desde emociones intensas en las atracciones de las alturas hasta tranquilos paseos por las zonas ambientadas en la Sevilla del siglo XVI. Lo mejor es que cuenta con hoteles de Sevilla muy cerca, por lo que podrás llegar a pie o utilizando el transporte público.
Atracciones acuáticas
El mayor reclamo de Isla Mágica son las atracciones acuáticas. Cuenta con un descenso por los rápidos en unas barcas de neumáticos, cataratas de infarto en las que se baja sobre unos troncos o un paseo en barca con varias bajadas de distinta intensidad. Es ideal para un día caluroso porque sus zonas acuáticas te ayudarán a mitigar el calor intenso del verano sevillano.
Actividades culturales
Para los más tranquilos, también cuenta con algunas actividades culturales muy interesantes: hay teatrillos por distintos rincones del parque, un corral de comedias e incluso el abordaje de unos piratas en el barco del lago central. Y además, las hay para todas las edades, desde pequeños hasta adultos, para que pasen un día lleno de diversión.
El espectáculo del lago
Una de las actividades más aplaudidas desde la apertura del parque es el espectáculo del lago, que se celebra una vez que ha caído la noche y pocas horas antes del cierre del parque. En él se crean imágenes en el lago. Dichas imágenes, con proyectores y cañones láser, se proyectan sobre masas de agua creando una sensación de tridimensionalidad.
Alejadas del centro de la urbe, tienen puntos emblemáticos como la Plaza de los Venerables animada por la existencia de terrazas y tabernas, como mítica Hotería del Laurel del Tenorio, la Plaza de Santa Cruz con una cerrajería del Siglo XVII, el Patio de Banderas formado por una casería que rodea el Palacio Real y sus murallas, la íntima Plaza de Doña Elvira rodeada de naranjos o el Callejón del Agua paralelo a las murallas por el que se traía el agua a los Reales Alcázares, o los siempre frecuentados Jardines de Murillo.
Tras este paseo, lo siguiente que te aconsejamos es navegar por el Río Guadalquivir. Es el quinto río por longitud de la península ibérica; nace en la Sierra de Cazorla y desemboca en Sanlúcar de Barrameda atravesando así la comunidad de Andalucía de este a oeste. Puedes realizar este trayecto por el día bajo los rayos de un sol que siempre se alumbra o bajo la luz de la luna, siendo igual de encantador en ambos casos.
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Cualquier época del año es magnífica para descubrir y visitar Sevilla. No obstante, es durante la Semana Santa cuando muchos más turistas llegan a la urbe andaluza. Y es que en Semana Santa la ciudad no sólo se engalana especialmente sino que también salen a la calle un gran número de pasos procesionales, que son muestra de la fe y que además se convierten en auténticas obras de arte vivas.
Por eso, si has decidido pasar tus vacaciones de Semana Santa en Sevilla, y has elegido alojarte en un hotel en el centro, has hecho una buena elección ya que su ubicación te facilitará enormemente el tener cerca todas y cada de las procesiones más importantes.
Además, para ayudarte a que esta próxima Semana Santa la disfrutes de la mejor manera posible en Sevilla, aquí tienes algunos de los consejos más útiles:
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La Cuaresma es el periodo previo a la Semana Santa. Son cuarenta días, que comienzan hoy, Miércoles de Ceniza, en los que los católicos se preparan para la celebración de la Pascua de Resurrección.
Pero en Sevilla es, además, un periodo de preparativos para las hermandades que realizan estación de penitencia durante la Semana Santa y, por supuesto, son días de preparativos para todos los cofrades sevillanos.
Son días de idas y venidas al taller para las pruebas de la túnica de nazareno nueva, de buscar los escudos, preparar el capirote, de comprar las estampas y caramelos que se repartirán y de sacar la “papeleta de sitio” o, lo que es lo mismo, el permiso para poder realizar la estación de penitencia.
Pero en las hermandades, el trasiego no es menor. Limpieza de plata y enseres, preparación de exornos florales, quinarios, vías crucis, ensayos de costaleros y bandas de música en cualquier esquina… todo ello hace que la ciudad se sumerja en la Cuaresma.
Algunas peculiariadades de este periodo en Sevilla son, y que no debes perderte si vienes a visitarnos son:
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El Barrio Santa Cruz, en el centro histórico de Sevilla, entre los Jardines de Murillo, el Real Alcázar y el Barrio de San Bartolomé, tiene su origen en la Judería, es decir, en el primitivo barrio judío que se creó en la ciudad tras la conquista de la misma por el rey Fernando III, llamado El Santo.
El barrio cayó en declive tras la expulsión de la población judía a finales del siglo XV y se mantiene así hasta su resurgir a finales del siglo XIX, de la mano de personajes ilustres, como José Laguillo, y de la Exposición Iberoamericana de 1929. Se caracteriza por sus calles angostas, que forman un encantador laberinto, ideadas así para provocar la sombra sobre las casas y aliviar los rigores del calor veraniego. Aún hoy, podemos apreciar ese frescor tan particular al pasear por sus callejuelas.
Para hallar el origen de su nombre, debemos centrar la mirada en la Plaza de Santa Cruz, lugar donde antaño se encontraba la primitiva parroquia de Santa Cruz en torno a la cuál giraba la vida del barrio. Esta iglesia, que había sido construida sobre el solar de una sinagoga, fue destruida durante la invasión francesa.
Recorrer sus calles en cualquier época del año es un deleite para los sentidos. Y no olvides fijarte y conocer la historia de sus calles y plazas como las calles Agua y Vida o la Placita de Doña Elvira.
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