El Barrio Santa Cruz, en el centro histórico de Sevilla, entre los Jardines de Murillo, el Real Alcázar y el Barrio de San Bartolomé, tiene su origen en la Judería, es decir, en el primitivo barrio judío que se creó en la ciudad tras la conquista de la misma por el rey Fernando III, llamado El Santo.
El barrio cayó en declive tras la expulsión de la población judía a finales del siglo XV y se mantiene así hasta su resurgir a finales del siglo XIX, de la mano de personajes ilustres, como José Laguillo, y de la Exposición Iberoamericana de 1929. Se caracteriza por sus calles angostas, que forman un encantador laberinto, ideadas así para provocar la sombra sobre las casas y aliviar los rigores del calor veraniego. Aún hoy, podemos apreciar ese frescor tan particular al pasear por sus callejuelas.
Para hallar el origen de su nombre, debemos centrar la mirada en la Plaza de Santa Cruz, lugar donde antaño se encontraba la primitiva parroquia de Santa Cruz en torno a la cuál giraba la vida del barrio. Esta iglesia, que había sido construida sobre el solar de una sinagoga, fue destruida durante la invasión francesa.
Recorrer sus calles en cualquier época del año es un deleite para los sentidos. Y no olvides fijarte y conocer la historia de sus calles y plazas como las calles Agua y Vida o la Placita de Doña Elvira.
Para más información, sigue este enlace.
Deja un comentario